SANTIDAD: UNA EXPRESIÓN DE AMOR PARA EL AMOR

Muchas veces me he puesto a pensar cuales son los motivos para que los Jóvenes ya no quieran seguirle a Cristo y creo que se debe a que hablamos mucho de Dios, filosofamos mucho de Él con palabras muy expertas y elegantes pero ya nadie muestra a Cristo, ya nadie nos muestra que tenemos una opción y esa opción se llama santidad. Santidad que nos adhiere intrínsecamente a Cristo. La verdad es que Cristo nos ha pedido que seamos santos, muchos le hicieron caso y creyeron que lo podían conseguir y lo consiguieron con radicalidad y abandono total en las manos del creador, han sido llevados a los altares, y están gozando de la visión beatífica y del gozo inmenso de estar cerca de Dios. Pero esto no está confinado a gente extraña sino a todos, esto no es la quimera que el mundo forja que creamos que es, al contrario, es unirse a un amor mayor, es identificarnos con Cristo, es hallar en Él un gozo que penetra nuestra alma, es vislumbrar en Él una mirada que descubre y alcanza las profundidades de nuestro ser.

Jesús encuentra lo que nuestra naturaleza limitada no halla, y en su presencia se desnuda nuestro ser. Un amor que no desaparece, un amor que cuando te cautiva te quema los huesos y no puedes renunciar a Él, una opción que implica entrar en la batalla y morir en el intento…. Y esa opción, ese camino, ese sendero que muchos escogieron y a la cual me adhiero se llama santidad…

Yo creo, como joven que soy, que podemos ser santos si así lo deseamos, pero esto no significa que tengamos que hacer cosas grandes y superiores, al contrario, sencillamente es el saber hacer de las cosas pequeñas algo grande con el amor, ciertamente tenemos que entender que estamos llamados a hacer cosas grandes, estamos llamados a llevar el amor de Cristo a los corazones de los hombres , a llevar la esperanza a los que ya no la tienen, ¡Jóvenes nosotros somos la esperanza de la Iglesia!, ¡Nosotros somos los cimientos fuertes que sostendrán la Iglesia!, ¡somos los soldados que se levantan contra la maldad de este mundo y dan muerte a los que asechan la libertad y la verdad!, ¡qué mejor que un Joven para llevar la alegría a la iglesia!, que mejor que un joven para ser instrumento de Inspiración para muchos, que mejor que un joven para hablarle a otro joven y que mejor que un joven que se atreve, que se lanza, que se arriesga que se entrega para ser Santo…

No fuimos llamados para ser pajaritos que tengan que comer gusanos del suelo, ni para ser perritos que coman las migajas de la mesa de Satanás, hemos sido llamados a volar alto, a ser águilas, halcones, que con su vuelo toquen a Cristo, que con su vuelo muestren a los demás que es posible volar alto, que es posible agradarle a Dios, que es posible amarle hasta la locura o ser como un león que con su rugido paralice al enemigo, que con su autoridad lo desarme y con sus palabras retumbe la conciencia de los hombres, cimentando en ellos el reinado del Sumo Santo, el Reinado de la Paz.

Exhorto a todos los jóvenes para que entendamos que podemos ser santos y que no tengan miedo de mirarle a Cristo porque Él es un hombre Santo y aun mejor Él es la VIDA MISMA, y por eso estoy seguro que los santos de estos tiempos serán aquellos que les guste vestirse de sandalias y con pantalones jeans, tomar coca cola, santos que serán sociables y amables con los demás, santos que les gustará ir al cine, que serán divertidos alegres y entusiastas, santos que serán emprendedores, santos que saldrán con sus amigos y comerán una pizza, que bailaran y que escucharan música, santos que vivirán en este mundo pero no serán del MUNDO, santos que por encima de todo esta Dios y después cualquier cosa, santos que piensan en las personas como el tesoro de Cristo, santos que anhelan amarle y agradarle cada día más al Señor, santos que son eucarísticos porque han entendido que la Eucarística es el abrazo del PADRE la entrega del HIJO y la sanación del ESPÍRITU, santos que buscan convertir el mundo entero a Cristo, santos que no los detiene nadie, santos que tienen una Madre, una Hija, una Esposa fidelísima; santísima, bellísima, llamada María, santos que sean normales pero extraordinarios, SANTOS QUE ANHELAN SER CUSTODIA PERFECTA DEL DIOS PERFECTÍSIMO...

No hay santidad, sin la cruz.